Antonio TENORIO ADAME
La 4T enfrenta el compromiso de cambio político nacional al iniciar el nombramiento de los integrantes de la LXVI Legislatura del Congreso de la Unión.
De acuerdo con la divisa del presidente Andrés Manuel López Obrador, su acción gubernativa se asemeja al horizonte histórico de la Independencia, la Reforma y la Revolución.
A partir de ese talante se desprende la interrogante, ¿los candidatos al Congreso de la LXVI Legislatura se encuentran en el nivel de capacidad legislativa de sus antecesores respectivos?: Veamos.
Reclamos de Minoría.
La crónica de la prensa calificó la asignación de candidatura como un mecanismo que rebasó a las bases militantes de Morena, uno de sus textos señala: “La 4T impulsa nueva camada de políticos con candidatos a las diputaciones federales. Hijos y familiares de morenistas, priistas y panistas competirán bajo las siglas de Regeneración Nacional, PVEM o PT por una curul de mayoría relativa”. ¿La formación de la nueva Legislatura es análoga a la de 1824, o 1856 o 1917?, tan sólo¿merece la comparación?.
Para salvar realidades políticas diferentes entre los periodos del pasado y el presente, caben hacer algunas advertencias.
En primer término es comprensible que la modernidad impone condiciones distintas entre el quehacer partidista, ya que una son las expectativas y requerimientos de un partido de oposición y un partido de Gobierno o en el poder.
En esa expectativa se vuelve necesario investigar como fue el procedimiento de designación de candidatos en ambas posiciones, bien conocida ha sido la “tombóla” para otorgar candidaturas en Morena, con el fin de atemperar tensiones de las bases en demanda de reconocimiento.
Al parecer hasta ahora Morena no dispone de esos elementos necesarios en una labor legislativa, ya que los presuntos candidatos nominados hasta ahora son ajenos al elevado conocimiento de un constitucionalista, un internacionalista, también un especialista en finanzas, y todos aquellos profesionistas por su saber y aplicación se requiere.
El linde de separación queda marcado entre la confianza y el conocimiento o experiencia, se prefiere alguien que seguro asumirá las decisiones sin discusiones a una simpatía ante o militante que sea capaz de ejercer el libre albedrío ante un requerimiento.
Eso explica que el primer lote de candidatos sean aquellos provenientes de acuerdos vinculados por medio de partidos aliados, Verde y Trabajo, donde se incluyen a representantes de militancia adversa sujeto a impugnación desde las bases de Morena en reclamo que sean elegidos los militantes y de preferencia fundadores.
Al dejarse sentir la presencia de opositores en las filas del partido de Gobierno, se presentan los nuevos depositarios, como son los familiares más cercanos de quienes promueven desde la dirigencia de partidos.
Otro de los rasgos notorios son candidatos desplazados de puestos de Gobierno como alcaldías y presidencias municipales o aún Gobiernos de entidades que se les ubica como “premios de consolación” a fin de evitar conflictos de separación o división de contingentes pongan en riesgo el triunfo avasallador legislativo.
Se plantea, en fin que el candidato sea competitivo; para ello se requiere un aparato de propaganda que lo ubique en rangos de popularidad o de identificación, una alternativa muy costosa que sólo es accesible a personas adineradasq o implicadas en algún grado con dinero de origen oscuro.
La Mayoría Incluyente reconoce derechos a la Oposición.
Se cumplen doscientos años de la promulgación de la primer Constitución mexicana federalista, misma que estuvo integrada por 136 diputados de las distintas provincias asentadas en el territorio nacional, quienes discutieron, votaron y aprobaron el texto en el recinto legislativo de la Iglesia de San Pedro y San Pablo el 4 de octubre de 1824.
La formación de la Legislatura en proceso debería aspirar a aplicar algunas de las características del Primer Congreso Mexicano federal, un justo homenaje necesario. Otro perfil histórico es reconocer los elementos con los que contó el Segundo Congreso Continental para elaborar la Constitución de Filadelfia en los Estados Unidos. El conocimiento y la experiencia fueron básicos, ahora carentes en la formación de la LXVI Legislatura.
El perfil que brinda del constituyente de 1824 se basa en los datos de 38 diputados con experiencia legislativa de sesenta que existen datos de los 107 diputados que integraban el Segundo Congreso.
Dice David Pantoja, “Bases históricas del constitucionalismo mexicano” , los constituyentes nacieron entre 1760 y 1800 , lo cual indica que parte de su formación profesional y de su cultura y praxis política se inscribió en la tradición colonial, específicamente la reformista e instaurada; en su universo ideológico coexistieron las nuevas ideas y la renovación educativa junto con aspectos como el estamental, tradicional, corporativo y católico, de donde sobresalen las instituciones religiosas, en consecuencia, la carrera eclesiástica y la de derecho, quienes a su acerbo jurídico incorporaban el teológico y y filosófico.
Entre lo distinguidos diputados constituyentes se mencionan a Valentín Gómez Farias y Francisco Salinas, de Zacatecas; a Lorenzo de Zavala, Manuel Cresencio Rejón y Fernando Valle, por Yucatán; Mariano Barbabosa, José Rafael Berruecos, José María de la Valle, y Rafael Mangino, por Puebla; Carlos María de Bustamante y Francisco Ma. Lombardo, por México; Juan de Dios Cañedo, José Ma. Covarrubias y Jun Cayetano Portugal, por Jalisco; Demetrio del Castillo, por Oaxaca; Ignacio López Rayon, por Michoacán: José Miguel Guridi y Alcocer por Tlaxcala; José Ma. Becerra, por Veracruz; Fray Servando Teresa de Mier, por Nuevo León; y Miguel Ramos Arizpe, por Coahuila.
Respecto al Congreso de los EEUU, se menciona lo siguiente, el 21 de febrero de 1787, el Congreso Continental apoyó la celebración de la Convención Constitucional de Filadelfia siempre que ésta se limitara a la revisión de los artículos. Sin embargo, el trabajo preparatorio que James Madison realizó durante el invierno y la primavera -comparando las distintas formas de gobierno y analizando los vicios del sistema político norteamericano- era más bien un cambio radical respecto a 1776 para establecer un Gobierno nacional, basado en la división de poderes que eliminara <<la tiranía de la Asamblea>>.74 delegados de doce Estados –Rhode Island no envío ningún delegado- fueron designados por sus Legislaturas para asistir a la Convención, pero solamente asistieron 55.
Todos ellos pertenecían a las élites norteamericanas.Tenían fortuna personal, sólida preparación intelectual e intensa experiencia política. El 60 por ciento había asistido a la universidad -nueve a Princeton, cuatro a Yale, tres a Harvard- 34 eran abogados, el resto comerciantes, banqueros y plantadores y muchos de ellos poseedores de la deuda publica.
Para su Promulgación Constitucional.
El Congreso que viene inspira su formación en el control electoral de la mayoría calificada; desea disponer de capacidad de reformas constitucionales con el fin de revertir los cambios regresivos incluidos en el Código Supremo de la Nación, por los que distorsionaron el espíritu originario de los derechos de la Nación, en particular la génesis del derecho a la propiedad. Por eso privilegia la categoría de competitividad en sus candidatos.